San Martín
ocupó Lima y reunió un cabildo abierto el 15 de julio. El día 28, ante una multitud reunida
en la Plaza de Armas de Lima, San Martín declaró la independencia y fue nombrado Protector del Perú con
autoridad civil y militar.
Fundó la
Sociedad Patriótica, formada por 40 ciudadanos peruanos, a quienes consideró
los más ilustrados entre los decididos por la causa independentista. Ésta se
enfrascó en discusiones sobre la forma más conveniente de gobernar el país,
entre la monarquía constitucional que apoyaba San Martín y defendían los
ministros Unanue y Monteagudo, y la república, que defendían Manuel Pérez de Tudela y Mariano José de Arce. En apoyo a
sus ideas monarquistas, envió a García del Río y Diego Paroissien a Europa, a conseguir un príncipe de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, para que reinara en el Perú. También debían contratar un empréstito
para continuar la campaña militar.
Estableció
la libertad de comercio y la libertad de imprenta, pero no permitió otro culto
religioso que el católico. Expulsó a
miles de españoles nototiamente contrarios a la independencia y confiscó sus
bienes.
Desde Ancón,
y posteriormente desde Lima, San Martín envió una serie de campañas para
incorporar al Protectorado al resto del Perú, pero algunos triunfos parciales
no pudieron evitar que el Virrey se hiciera fuerte en la Sierra, fijando su
capital en Cuzco; el Protector no tenía fuerzas para
enfrentarlo con probabilidades ciertas de triunfar.
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