Su acción en el frente independentista comenzó en 1810 y concluyó en 1817, con la derrota de las
fuerzas comandadas por Gregorio Aráoz de Lamadrid en la batalla de Sopachuy, en un último intento de avanzar sobre el Alto
Perú. A partir de allí las acciones ofensivas finalizaron, manteniéndose sólo
en situación defensiva. La ofensiva ya había sido trasladada al Ejército de los Andes, comandado por José de San Martín, que concibió la idea de llegar por mar hasta Lima, el principal bastión
realista, tras liberar Chile. El Ejército del Norte,
nuevamente al mando de Belgrano, fue llamado para intervenir en las luchas
internas suscitadas por el conflicto entre el gobierno central con sede en Buenos Aires y los caudillos federales del Litoral. El Motín de Arequito(1820), causado por la renuencia de los veteranos del frente
independentista a comprometerse en luchas intestinas, puso fin a su existencia.
Durante la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, un nuevo cuerpo militar recibió el nombre de
Ejército del Norte 1837 al mando de Alejandro Heredia, desapareciendo de
nuevo tras su asesinato en 1838 al estallar la rebelión conocida como Coalición del Norte, finalizando la guerra en 1839 con la victoria chilena en Yungay y el retiro de los peruano-bolivianos del
territorio argentino.
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